Buenas noches, hoy es la primera entrega de este, mi blog, que tengo la intención de que pueda ser catorcenal. En el que aprovechare para aportar algo valioso, a todo aquel al que la marea de la red, acerque hacia estas líneas. Con la esperanza de que un día tal vez pueda ver una lucecita, en medio de la gran oscuridad, que me indique que alguien mas ha leído el mensaje de la botella.
Quiero empezar explicando las razones, por las que emprendo la tarea de escribir. Y esas razones no podrían existir alejadas del libro: “Leonardo da Vinci. La encarnación del genio”. Que me llevo a recorrer el laberinto de la vida del pintor, del artista, del maestro, del religioso, del homo-faber .Ese laberinto en el que aun me encuentro inmerso, sin poder llegar al centro. Con el conocimiento; ahora, de que solo saldré de ese laberinto, para encontrarme con otro más grande. Lo que confirma, que mis vidas han sido y serán un constante volver a empezar.
A riesgo de explicar con sencillez irresponsable y de crear un sentimiento de complacencia lo que he descubierto que es un laberinto, le daré mas valor al deseo que tengo de que está platica sea facilitadora en lugar de académica. Y en post de la híper-modernidad, que para nada tiene tiempo, explicaré. El laberinto es la vida, o la vida es laberinto, del que tratamos de salir o cuando se nos termina el tiempo nos saca la muerte. Salida que nos lleve a una resurrección, a un renacimiento a un encuentro con lo mejor y mas grande que podemos llegar a ser. Pero como muchas cosas en la vida, el merito del laberinto esta en recorrer sus peligros, aprender y dejar de ser, luchar contra lo que soy y durante ese recorrido convertirnos en el prototipo de lo que seremos.
Ese recorrido de aprendizaje que es la vida, siempre se ha visto acechado por preguntas profundas, que cuando llegaban a la mente del hombre antiguo, se encendían y quemaban todo por todos lados, hasta que no había nada que rescatar, hasta que una larga búsqueda, que acrecentaba el valor de la experiencia total, daba la respuesta concreta, clara y precisa, que es el inverso y complemento, del viaje que lo había llevado hasta ese punto.
El laberinto de la modernidad, ya no contiene el mostro con forma de toro, o el sin fin de ingeniosas trampas, nos detiene y nos retraza con sus comodidades tecnológicas, que si vieran los hombres de los relatos de minotauros y alas de pájaro que vuelan al sol, calificarían de mágicas. Nos presenta las respuestas a preguntas que no nos habíamos hecho aun, y en la autocomplacencia del conocimiento gratuito, nos deja en el cruce de caminos del laberinto del que ya no nos importa salir. Esta es la idea que hoy quiero aportar al mar de conocimientos fáciles y al alcance de todos. Es mi aportación al laberinto de la modernidad. Tal aportación tiene la particular gracia de ser un riesgo que atrape o una marca que nos guía en el camino.
¿Qué hay que hacer?... recorrer el camino, ¿Cuál camino?, el hecho de buscar la forma de llegar al camino ya nos acerca un paso más hacia nuestro objetivo, nos va acercando a ese propósito más grande que lo que somos hoy, mas grande que nuestra propia vida, mas grande que nuestras vidas.
El libro que hoy les traigo es en si mismo un pequeño laberinto mental, del cual al salir, sé que solo encontrare, otro laberinto… el de mi vida. Al igual que Neo al sentarse en la silla que le muestra Morpheous, sale de la prisión-laberinto de la Matrix, para renacer al laberinto de su propia vida. Y esto me lleva a explicar uno de los fundamentos de lo que me gusta llamar mi religión personal. Y ese es el hecho de que este viaje de conocimiento al que llamamos vida, se instrumente por la unión de todas las vidas que he vivido y viviré. Una de las partes esenciales de mi credo es aquel en el que estoy convencido de que al final de ese camino de experiencias multicorporeas habré llegado a mi destino final, sea cual este fuera. Solo espero en mi creador, que cada día nos acerquemos más a la salida. Gracias por leerme.
Leonardo Da Vinci, la encarnación del genio.
Marcel Brion.
ISBN:84-666-2164-4
