Ya
no hay respeto. Pero esta vez es en serio. Nací en 1983 y mi
generación, nuestras generaciones, la tuya y la mía, han visto de
todo. Bajo nuestras narices vemos como se están re-dibujando
fronteras que antes daríamos por definitivas. Y viejos actores que
dábamos por inamovibles tienen fricciones con nuevos elementos, como
es el caso de la televisión y los multimedios por Internet.
Birdman
no es la excepción. Si quisieras desmenuzar la película en sus
componentes. Mi propuesta es empezar por las historias internas que
componen la película, cabe decir que en este contexto de análisis,
pareciera que cada una de estas historias internas es mala. Al menos
en la película.
Por
un lado tenemos la historia llevada al teatro "What we talk
about when we talk about love". La cual se
desarrolla dentro del escenario del teatro y es, siguiendo este
ejercicio analítico, una historia independiente, con toda una trama
independiente. Por otro lado tenemos la historia de Riggan Thomson
(Keaton), un actor tratando de reanimar su carrera, la cual esta
conectada a un respirador artificial, a través de una adaptación al
teatro de la historia "What we talk about when
we talk about love". Y finalmente una tercera historia sobre
un hombre que esta sufriendo ataques, esquizofrenias y alucinaciones
que lo llevan a tratar de cometer suicidio. Me atrevo a hacer esta
diferencia sobre la tercera historia; habrá quienes digan que lo que
llamo la segunda y tercera historia es realmente solo una; basado en
el hecho de que ninguno de los otros personajes dentro de la película
es consciente de la existencia del Birdman dentro de la cabeza de
Riggan Thomson, lo cual hace que esta voz instrumentada para
nosotros a través de las imágenes del súper héroe, tengan la fuerza
de otro personaje. Con lo cual Riggan y este otro forman por si
mismos su propia historia, la historia de un solo hombre y su
alucinación.
Para
entender mejor esto hay que recordar dos conceptos del premio de
Literatura 2010 Mario Vargas Llosa, que en realidad no son suyos,
pero los ubicamos por el nombre que le
les dio. Me refiero a “las cajas chinas” , es decir, una
estructura “en la que una historia principal genera otra u otras
historias derivadas” ( M. Vargas Llosa, Cartas a un joven
novelista, Planeta, Barcelona, 1997, pág 117).
La
historia de Riggan y sus alucinaciones se
va derritiendo y engrasando
las historias mas internas en forma de Realismo Mágico.
En este punto hay que decir que se transgrede de maneras gratuitas y
casi innecesarias
las
formas del
realismo mágico,
pero quiero pensar que esto no es un caso fortuito de exceso, si no
que es el resultado de los años
de experiencia de sus creadores en películas
y anuncios de televisión,
lo que hacen que el realismo mágico
sea
en algunos casos sobrepasado y cargado
de una buena dosis de fantasía
al mas puro estilo de Hollywood y
que
sea un ingrediente indispensable para la realización
de la película.
Me
referiré a dos casos concretos para dejar este punto claro. En la
secuencia de inicio Riggan se encuentra levitando
mientras medita sus próximos movimientos. Esto, esta claro, por lo
menos hasta que Riggan desciende a los suelos, no tiene nada que ver
con el Realismo Mágico. No existe el marco necesario que justifique
tal acción en la narrativa, si no que es pura fantasía
Holliwoodense, un gancho. Es solamente hasta el momento en el que se revela que
Riggan esta sufriendo de alucinaciones en el que toma sentido la
primera afirmación, la primera levitación.
El
segundo caso sucede precisamente en el final, en el que Riggan,
aparentemente sale volando por la ventana. Y digo aparentemente pues
no se deja del todo claro en que nivel de la película están
ocurriendo esos hechos. Inclusive puede tratarse de una sobre
explicada alucinación de Riggan, y el hecho de que no se explique ,
y que se use el recurso fantástico de manera gratuita, me parece
excesivo, pero quien soy yo para decir una sola palabra al respecto.
Quiero pensar que este ultimo incidente fantástico sea un elemento
estrictamente necesario, para que la trama termine en el mismo nivel
discursivo por el cual comenzó.
Las
tres historias se entrelazan a través de lo que Vargas Llosa llama
unos vasos comunicantes, las tres historias están engarzadas de tal
manera que cada una de ellas hace relevante a las otras y ademas se
reinventan mutuamente entre si, re-definiendo el significando de la
mas externa a las mas interna y de nuevo de regreso, como en la
conocida Banda de Möbius.
Hay
que afrontarlo cada una de las historias es aburrida por si sola,
hasta predecibles. Historias que por si solas, a estas alturas del
tiempo, ya hemos visto en otras películas, pero cada una de estas
historias toma una dimensión nueva al integrarse con las otras tres.
Hasta el tremendo final , en el que Riggan se dispara en el
escenario.
En
este contexto el hecho de que la película este realizada en un solo
plano-secuencia, es totalmente relevante y no un caso de ego
incontrolado o alardes de maestría. Pues es precisamente es esta
técnica lo que enfatiza la intensión de que estas tres historias
conformen un cuerpo indivisible y nuevo. Y es a través de esta
técnica con la que se logra sumergir al espectador en cada una de
las historias internas de manera imperceptible.
Así
finalmente llego al punto que le da titulo a esta entrada. La cuarta
y ultima historia sucede a un Michel Keton, un actor para muchos ya
casi olvidado, que busca volver a ser relevante haciendo una película
que trata de un actor que tiene alucinaciones con Birdman (o Batman),
que busca volver a ser relevante haciendo una adaptación al teatro,
sobre la historia titulada, “What we talk about when we talk about
love”. Muy dentro de si misma Birdman es una película inspirada en el
amor.
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